Arnaud Boissières, patrón del recientemente desarbolado La Mie Câline, se vio finalmente obligado a retirarse de la regata.

El domingo tomó esta decisión y la hizo oficial ante la dirección de la regata. El navegante en solitario, que aspiraba a completar su quinta Vendée Globe consecutiva, se desarboló el pasado jueves en la latitud de las islas de Cabo Verde durante su remontada del Atlántico. Desde entonces, 'Cali' ha buscado todas las soluciones posibles, en particular cortando su vela mayor para crear un aparejo provisional. Pero ni siquiera esa solución le permitió avanzar de forma útil hacia el norte. Por eso ha decidido retirarse.

“He intentado navegar hacia el norte de nuevo con este trozo de vela mayor y el foque puesto en la proa, pero no ha funcionado. El barco está bastante dañado y no navega bien así. Ayer ya tenía esa sensación: es mi último día en esta Vendée Globe. Creo que lo he probado todo, no quiero tentar al diablo. Estoy en los alisios y, por tanto, a favor del viento y me dirijo hacia las Antillas. No tengo solución. Mis hijos pueden estar orgullosos de mí: lo he probado todo. No me gusta la palabra “abandono” porque todavía me quedan entre 10 y 12 días en el mar para llegar a las Antillas. Hoy en día, esto será mi terapia. Y como premio de consolación, podré pasar tiempo en el océano, que es lo que más me gusta en el mundo”.

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